Jesús Corral Jaime

En el paciente con cáncer, la anemia (hemoglobina < 13 g/dL en hombres y < 12 g/dL en la mujer) está presente en más del 30 % de los casos de forma basal, aumentando hasta el 67 % a lo largo de la historia natural de la enfermedad. Su presencia es más frecuente en pacientes con cáncer en estadio localmente avanzado y/o metastásico, como manifestación de una situación de inflamación crónica mediada por citocinas, esencialmente las interleucinas 1 y 6, y el factor de necrosis tumoral α, que producen alteraciones en la producción de eritropoyetina endógena y la respuesta de los progenitores a esta.

Un diagnóstico y/o tratamiento correcto de la anemia es esencial, ya que la presencia de anemia tiene una clara influencia en la supervivencia, progresión de la enfermedad, eficacia del tratamiento antitumoral y calidad de vida de los pacientes.

Jesús Corral Jaime

 

Elena María Brozos Vázquez

La anemia en pacientes con cáncer es frecuente, tanto al diagnóstico como a lo largo de la evolución de la enfermedad. Su incidencia se relaciona con el tipo de tumor y el tratamiento oncológico.

Se asocia a síntomas tales como fatiga, disnea y anorexia, que pueden empeorar el estado funcional. Esto influye negativamente en la calidad de vida del paciente con cáncer, por la presencia además de otros factores como la progresión de la enfermedad oncológica, los efectos secundarios del tratamiento, los trastornos psicológicos y otras comorbilidades.

Además, la anemia constituye un factor de mal pronóstico para la supervivencia en pacientes con cáncer. De forma similar, también influye de forma adversa en el resultado del paciente oncológico, con menores tasas de supervivencia y mayores recaídas. 

Es importante realizar una adecuada evaluación de la anemia y el déficit de hierro en los pacientes oncológicos de cara a una intervención temprana para disminuir el impacto que puede tener en su funcionalidad, su calidad de vida y en la capacidad de completar su tratamiento oncológico para optimizar los resultados de este.

Elena María Brozos Vázquez

 

Miriam Lobo de Mena

La anemia constituye un problema frecuente e importante en el paciente con cáncer, ya que ocasiona síntomas limitantes que pueden producir un deterioro funcional e impactar de forma negativa en su calidad de vida.

Los objetivos fundamentales del tratamiento de la anemia incluyen la mejoría o resolución de sus síntomas, para poder llevar a cabo el tratamiento oncológico específico y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además, diversos estudios han sugerido que los pacientes anémicos en el inicio del tratamiento oncológico presentan mayores tasas de recaída, menor respuesta tumoral y una peor supervivencia. Por este motivo, la corrección de la anemia y, en su caso, del déficit de hierro, debe hacerse de forma precoz antes de comenzar el tratamiento oncológico.

En el manejo de la anemia del paciente con cáncer se deben corregir, en primer lugar, las posibles deficiencias (hierro, vitamina B12, ácido fólico) y tras su corrección, y en el caso de no haber mejoría, plantear otras terapias como el uso de agentes estimulantes de la eritropoyesis. El tratamiento con transfusión de concentrados de hematíes se reserva, fundamentalmente, para pacientes con sintomatología anémica grave que requieran una mejora rápida de las cifras de hemoglobina, teniendo en cuenta que sus beneficios son transitorios y su administración no está exenta de potenciales riesgos.

Miriam Lobo de Mena

 

Ana Fernández Montes, José Muñoz Langa, Morgana Pérez Fojo, Iria Tesouro Blanco, Lucía Roncero Sánchez y Soledad Cameselle García

La anemia es la alteración hematológica más frecuente en los pacientes con cáncer. A menudo la causa es multifactorial y para su tratamiento disponemos de transfusiones de hemoderivados (TH), suplementación mediante hierro oral o intravenoso y agentes estimulantes de la eritropoyesis o eritropoyetinas recombinantes humanas (hrEPO). La eritropoyetina humana (EPO) es una hormona glicoproteica producida mayoritariamente en el riñón ante el estímulo de la hipoxia y que actúa sobre los receptores específicos de los progenitores eritroides en la médula ósea provocando un incremento en la producción de los hematíes circulantes. La clonación del gen de la EPO en 1984 supuso una vía alternativa al tratamiento de la anemia, más allá de las TH. Todas las hrEPO tienen la misma secuencia de aminoácidos que la EPO, pero difieren en el patrón de glicosilación, que influye en las propiedades farmacocinéticas, afectando a la eficacia y seguridad, incluyendo la inmunogenicidad. Las hrEPO han demostrado su eficacia reduciendo las necesidades transfusionales, incrementando los niveles de hemoglobina y mejorando la calidad de vida de los pacientes (QoL). Están indicadas en caso de anemias sintomáticas, una vez tratadas otras causas potenciales de anemia, en pacientes con quimioterapia, en un contexto paliativo. La suplementación con hierro se debe considerar en situaciones de déficit absoluto de hierro y cuando se empleen eritropoyetinas, dado que la asociación demostró una mayor respuesta en términos de incremento de los niveles de hemoglobina con hrEPO, reduciendo los requerimientos transfusionales, siendo bien tolerado y mejorando la QoL. El empleo de hrEPO fuera de indicación (anemia sintomática con niveles de hemoglobina < 10 g/dL) se asocia con un incremento del riesgo de eventos tromboembólicos, hipertensión arterial y mortalidad. Sin embargo, estudios recientes y metaanálisis demuestran que no hay una merma en la supervivencia cuando las hrEPO se administran en las indicaciones aprobadas.

Ana Fernández Montes

 

Javier Pérez Altozano

Los pacientes con cáncer, especialmente los que reciben quimioterapia, sufren con frecuencia anemia y déficit de hierro. La prevalencia del déficit de hierro se estima entre el 29-60 %. La etiología de la anemia en el paciente con cáncer tiene un carácter multifactorial.

Los pacientes con anemia asociada al cáncer pueden presentar un déficit absoluto de hierro o un déficit funcional durante el tratamiento de quimioterapia o con el uso de agentes estimulantes de la eritropoyesis. Es importante monitorizar el estado del metabolismo del hierro en los pacientes con cáncer (hierro sérico, índice de saturación de hierro y ferritina sérica) antes y durante un tratamiento oncológico o el uso de agentes estimulantes de la eritropoyesis.

Como indican las guías clínicas, el tratamiento de la anemia inducida por la quimioterapia se puede realizar con agentes estimulantes de la eritropoyesis y compuestos de hierro, siempre que se ajuste su uso a las indicaciones aprobadas por las autoridades de cada país. Es recomendable iniciar el tratamiento cuando los niveles de hemoglobina sean inferiores a 10-11 g/dL, y el objetivo debe ser mantener los niveles de hemoglobina entre 11 y 12 g/dL. Con estas premisas se pretende reducir el número de transfusiones y mejorar la calidad de vida de los pacientes sin aumentar el riesgo de tromboembolismo.

Javier Pérez Altozano