La Sección de Cuidados Continuos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) se ocupa de que los oncólogos en formación y los ya especializados adquieran conocimientos y puedan hacer un manejo excelente tanto de los síntomas y complicaciones producidos por los propios tumores como de las ineludibles toxicidades derivadas de su tratamiento, y tiene entre sus objetivos proporcionar esa formación a través de numerosas actividades docentes, entre ellas los cursos monográficos.

La anemia y la deficiencia de hierro son complicaciones frecuentes en pacientes con tumores sólidos (hasta el 40 % al diagnóstico). Además, hasta el 53 % de los pacientes que no presentaban anemia al diagnóstico la desarrollarán durante el tratamiento radio o quimioterápico. La etiología de la anemia en pacientes con cáncer suele ser multifactorial, y principalmente está causada por la inflamación sistémica, con aumento de los niveles de hepcidina promovida por el propio tumor, así como por la deficiencia de hierro debida a la pérdida de sangre gastrointestinal que ocurre en asociación con la ulceración del tumor y con la desnutrición derivada de la propia enfermedad oncológica.

Con frecuencia, la anemia se asocia con fatiga, deterioro de la situación física y reducción de la calidad de vida. Las consecuencias de la anemia pueden incluir una peor respuesta al tratamiento oncológico y una reducción de la supervivencia global. De hecho, la anemia está considerada como la causa reversible más frecuente de fatiga relacionada con el cáncer, y su corrección se ha asociado con una mejoría en la fatiga y en la calidad de vida de los pacientes oncológicos.

A pesar de lo anterior, es un hecho constatable en la literatura médica que los pacientes oncológicos siguen sufriendo anemia o déficit de hierro. En el contexto del paciente oncológico, el tratamiento con hierro oral es claramente insuficiente para restaurar los niveles de hemoglobina lo suficientemente temprano, así como para reposicionar los depósitos de hierro. Además, cuando esta anemia es grave podría alterar el esquema de tratamiento antineoplásico, con el consiguiente perjuicio en sus objetivos terapéuticos. Por otro lado, en el abordaje quirúrgico de la patología oncológica, y concretamente en la cirugía del cáncer colorrectal, una concentración baja de hemoglobina preoperatoria es uno de los principales factores de riesgo para la transfusión en cirugías con pérdidas de sangre moderadas a altas y su consiguiente morbimortalidad.

Por todo ello, es importante corregir la anemia y el déficit de hierro en nuestros pacientes oncológicos, ya que contribuirá a mejorar su calidad de vida. Sin embargo, la mitad de los pacientes con cáncer anémicos no reciben ningún tipo de tratamiento para su anemia. Además, el manejo de la anemia difiere mucho en función del especialista (hematólogo, oncólogo, radioterapeuta, internista, etc.). De ahí la necesidad de una adherencia a las guías clínicas que proponen unas bases o mínimos del manejo del tratamiento de la anemia en el paciente con cáncer, a partir de las cuales se pueda avanzar en su optimización.

El correcto diagnóstico de la anemia y su tratamiento o corrección forma parte de los conocimientos básicos que todo oncólogo médico debe adquirir durante su formación.

Hay recomendaciones clínicas elaboradas por las más prestigiosas sociedades científicas oncológicas, tanto en el ámbito nacional como internacional, pero su obligada brevedad no permite profundizar en el conocimiento de la anemia desde el punto de vista epidemiológico, farmacológico, terapéutico e investigativo, por lo que el formato de este curso de SEOM, con su distribución en módulos específicos, permite una visión amplia y un aprendizaje completo.